El Ángel de la Independencia, uno de los monumentos más emblemáticos de la Ciudad de México, se someterá a trabajos de limpieza y restauración en su basamento y esculturas. Esta labor, que busca conservar y renovar este símbolo urbano, será realizada por diversas instituciones culturales y gubernamentales, en un esfuerzo conjunto respaldado por recursos federales.
La Secretaría de Cultura del Gobierno de México, a través de la Dirección de Sitios y Monumentos del Patrimonio Cultural, lidera esta intervención, con el apoyo del Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (INBAL) mediante su Centro Nacional de Conservación y Registro del Patrimonio Artístico Mueble (Cencropam). También participan la Secretaría de Cultura de la Ciudad de México y la Secretaría de Obras y Servicios.
Un monumento cargado de historia
Diseñado por el arquitecto Antonio Rivas Mercado, el Ángel de la Independencia fue inaugurado el 16 de septiembre de 1910 como parte de los festejos por el centenario de la Independencia de México. Su construcción inició en 1902 y se integra al conjunto de glorietas del Paseo de la Reforma, consolidándose como un referente histórico, cultural y arquitectónico de la capital.
El monumento incluye esculturas de bronce que representan conceptos como la ley, la justicia, la paz y la guerra, además de un león guiado por un niño alado. En la columna, destacan figuras históricas como el cura Miguel Hidalgo, acompañado por la musa de la Historia y la Patria, así como héroes de la lucha independentista como José María Morelos, Francisco Xavier Mina, Nicolás Bravo y Vicente Guerrero.
Conservación para el futuro
Se espera que los trabajos de restauración duren entre dos y tres meses, y tienen como objetivo preservar la memoria histórica y estética de este monumento. Esta intervención no solo asegura el mantenimiento de su estructura y detalles artísticos, sino que también refuerza su importancia como patrimonio de todos los mexicanos.
El Ángel de la Independencia no solo simboliza la lucha por la libertad, sino que también es testigo de innumerables celebraciones y manifestaciones ciudadanas. Con estas acciones de conservación, se garantiza que este símbolo siga siendo un punto de encuentro y orgullo para las generaciones presentes y futuras.
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